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jueves, 12 de enero de 2012

Cancionero Íntimo


Solo dos veces?
Seguro que las miradas sobrepasarán su expectativa.
Barbeíto, el escritor de letras especiales, acaba de salir del paritorio de su último vástago literario.
El escritor, humilde como parece ser, aspira a que alguien lea dos veces su obra, me parece que se queda corto, porque según se nota, tiene más seguidores que cualquier cantante de moda y éstos son celosos guardianes de su “líder”, seguro que mas que uno leerá estos poemas que prometen llevarnos por un camino de ingenuidad y desvergüenza.
El propio autor califica al libro como “ingenuo y con poca vergüenza”, un augurio un tanto atrevido que solo en un personaje como Barbeíto, causa buena impresión y despierta, el interés, dicho con propiedad, porque ya ardo de ganas por tener en mis manos un ejemplar del Cancionero íntimo.
Barbeíto es del Aljarafe y su libro, aunque no creo que se trata de una autobiografía, tiene reminiscencias de su adolescencia y aquellos años en que indudablemente recorría los caminos de ese Aljarafe Sevillano, rico en historia, con una cultura preñada de bodegas apretadas de mosto, mistela, moscatel, ay el Aljarafe es pura poesía, una franja perdida y encontrada entre marismas y viñedos.
No puede ser mas prometedora la lectura de ese Cancionero íntimo que despertará recuerdos y hará nacer, para que negarlo, si es parte de la vida, amores, ilusiones, esperanzas.
Para esta servidora es un reto alcanzar ese libro, atesoro de Aznalcázar un corazón que ya no puede enamorarme más, porque en amores, mi corazón le di en la primera mirada, quizás al leer las canciones hechas poemas de Barbeíto, encuentre en alguna, una coincidencia, el nombre de algún lugar, no lo se, algo que a mi propia vida, haya dicho mucho, en largas conversaciones anecdóticas, sobre otra adolescencia y juventud transcurrida en ese pueblo de pinares.
 No para cualquier adulto, son esos poemas de Barbeíto, sobrepaso los límites de su censura y a mis “veinte primaveras” (mataré a quien se ría), me siento con libertad para entenderlo.  
Lo dicho, prometo leer dos, tres, quien sabe si mas veces Poeta su cancionero y sí quedaré a solas con sus versos, para hurgar en ellos, y permítame que busque entre sus letras, un recuerdo que diga algo a mi corazón, que no por maduro, siente menos amor.

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.