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domingo, 12 de mayo de 2013

Sean felices madres!






Ser madre es posiblemente la circunstancia número uno que coloca a la mujer en la ruta constante de una angustia constante, siendo al mismo tiempo, el acontecimiento que nos eleva a la cima de una plenitud que nos hace fuertes hasta en el momento más temible.

Se nos pide mucho y aún sin que se nos demande, damos a manos llenas, no existe nada de lo que no seamos capaces por los hijos, de esa entrega y capacidad de amar y soportar, solo una madre es capaz.
La celebración de días especiales es una moda que cada día se acrecienta, se festejan cosas sencillas, sin importancia, se han tomado en cuenta además, circunstancias tan profundas como la madre que hoy nos ocupa, el día es lo de menos, lo que debería primar es la consideración y respeto sobre todo que se debe a la mujer que nos ha engendrado.
Para entenderlo hay que ser mujer y madre, para saber verdaderamente lo que significan nueve meses de espera, hay que vivirlo, a veces se nos da la vida en ello y damos más y más con todo el amor del mundo.
Concluyo en que la celebración de un día, solo llena el protocolo de una institución que tiene como parte de sus deberes, precisamente reseñar la importancia de ciertos quehaceres y obras y dedicarle un día especial, el “trabajo” de ser madre sin embargo, es eterno.
Por todo esto y muchas cosas más que no se han dicho, ni acabarán por ser dichas jamás, felicito hoy a todas las madres con una dedicación especial a las madres que habitan en Estados Unidos de América, lugar donde confluyen tantas razas, madres que celebrarán dos veces en mayo “su día”, porque festejarán el de sus países de origen y el de la tierra que les acoge.
Sean felices, vivan este hoy y disfrútenlo en grande.  

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.