A veces meditamos y nos damos cuenta de que el tiempo en su carrera,
se ha llevado consigo valores muy preciados.
y recapacitando sobre las ocurrencias del día a día,
llegamos a la conclusión de que hemos malgastado gran parte de nuestra vida
persiguiendo sueños que a la postre se derrumban.
Y en esos momentos de profunda reflexión, advertimos que ya no somos los mismos,son casi siempre las consecuencias de las batallas lidiadas en la ruta que nos toca caminar.
Caminos a veces plagados de fracasos muchos de los cuales van dejando heridas, que aunque
creamos curadas, se abren al mínimo contacto con la causa que los motivó, o con situaciones semejantes.