surcar sin dejar huella por todos infiernos.
Volar sobre las ascuas
dejando que mi sudor
gota a gota apague el fuego
que marca esos caminos.
Arrastrando los pasos,
desafiar cancerberos implacables
Y mirando hacia arriba
musitar sin palabras
recibiendo de Dios
el consuelo infinito
que como un dulce néctar
calme la tempestad.
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